martes, mayo 29, 2012
martes
Bariloche es una casa con paredes rugosas
de revoque grueso que lastima codos y rodillas;
paredes blancas o un color parecido al blanco
y postigos de madera en las ventanas
y el viento que los sacude y el viento que los golpea:
contra las ventanas, contra las paredes.
Bariloche es una casa con jardín de pasto marrón,
minado con soretes de un ovejero alemán que tiene la cadera gastada
y ladra y mira el mundo y después se duerme bajo el cerco de macrocarpas;
un jardín con rosas rosas y ciruelos y manzanos del paraíso,
y el olor de un cielo encapotado y lluvia
y el lago plateado que encandila los ojos allá a lo lejos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario