domingo, diciembre 12, 2010

domingo

Hace cinco años no pensábamos en nada porque nuestro hermano estaba muerto y todo era calor, dolor y abrazos, ese tipo de cosas. Viento, nubes espesas y desconcierto. El rosal del camino en flor y la chacra en verano, verde, fresca, linda: tan desubicada como los perros, enredados en cientos de piernas tristes. Sol y una pena infinita: la sensación de que nada más nunca va a ser lo mismo. El dolor que cede y que al rato vuelve, con la fuerza de las olas, de la marea, de todo lo que vuelve. Alguien prende un fuego abajo del nogal y todos lo mantenemos prendido un día, dos días, los que hagan falta. Alguien saca un parlante y suena música y pasan todos los amigos a despedirse: Gomez, Cave y Bowie, que canta Five Years una y otra vez, como un mantra: cinco años, dice, y cada uno hace lo que puede con esos cinco años. Pero ayudan a purgar el vértigo: hace cinco años todo era distinto, dentro de cinco años todo va a ser distinto.
Y lo es.




viernes, diciembre 03, 2010

viernes

" Hillary camina de una lado al otro de la habitación. Arrastra tras sus pies la bata blanca y mullida y deja en el aire su perfume y su preocupación.

-¿Podés tranquilizarte? -pregunta y afirma a la vez Bill, recostado en la cama y sin sacarle los ojos de encima al libro. Es un libro grande y de tapas coloridas: de las típicas autobiografías que le gusta leer.

-No, no puedo.

-Quedate tranquila Hill, todo va a estar bien. Es cuestión de tiempo -le dice Bill mientras pasa de página.

-No, esto es grande. No va a pasar, van a rodar cabezas -grita Hillary y el ojo derecho le tiembla y se llena de lágrimas.

-Cariño, esto también pasará. Recuerda que yo me garché a una becaria en el salón oval y...

Hillary, en una crisis nerviosa, le saca a Bill el libro de sus manos y lo tira hacia la ventana, rompe el vidrio y una alarma empieza a sonar.

Cuando alguien logra por fin apagarla, Hillary ya duerme el sueño del alplax abrazada a su marido."