domingo, octubre 25, 2009

sábado a la noche

Hace un año a estas horas
caminaba por los pasillos
y las salas vacías
del Hospital Italiano
en busca de una oficina.
Se escuchaban mis pasos
y el eco de mis pasos
y el ruido que hace
el aire acondicionado
cuando se prende
y el silencio que queda
cuando se apaga.
En una de las habitaciones
estaba Lu,
me esperaba,
esperaba.