martes, octubre 04, 2011

martes

Ah, la justicia poética
de las tres salchichas
que hierven en la olla gris
mientras afuera
llueve después de tantos días
y tantas noches.

Ah, los panes,
descongelándose
hasta endurecerse en el horno
y el olor a gas y tostada.

Ah, la computadora,
que se desangra de electricidad
y muere y se enchufa
-la enchufo-
y otra vez revive,
a pesar de las promesas,
a pesar de los juramentos,
a pesar del solitario.

Ah, el ruido de la heladera
un zumbido lejano,
agudo,
que está ahí,
como alguien
que te mira de lejos.

O la radio,
prendida casi
sin volumen.

O mis dientes
que se muerden entre sí
y la cara se endurece
en un gesto
que no sabría describir.

O las gotas en el techo.

O la gata
afuera en la ventana
y más allá de ella,
del otro lado,
el negro de la noche
y el reflejo de mi cuerpo
ahí,
mirando hacia lo oscuro.

(versión con enter en la mitad de las oraciones)