jueves, diciembre 31, 2009

jueves




Feliz feliz.

lunes, diciembre 28, 2009

lunes

*
En una época pensaba que sabía mucho porque leía revistas de tapas brillantes y artículos con oraciones subordinadas y fotos en blanco y negro con chicas de moda y músicos con cigarrillos en la boca. Ahora no leo ni fumo ni visto a la moda ni pienso que sé. En esa época compraba discos y libros e intervenía en discusiones con sagaces observaciones y posturas definidas, cruzaba las piernas y decía claro digamos y a ver, y acomodaba mis discursos en categorías ontológicas varias.
Estoy más contento así.

miércoles, diciembre 23, 2009

sábado

Mando el video de Juan transformándose, en cuestión de segundos, en John Dos Passos.



Y Manu responde:
"La traducción que tengo es medio chota, pero dice así:
"Desde hace años un cofrecillo de madera con los escritos de mi padre ha permanecido sobre la repisa de mi chimenea en Spence's Point. Es un cofrecillo que hice en una clase de trabajos manuales cuando tenía once o doce años. No está demasiado mal. Allí mi padre decidió reinventar muchos de los momentos clave de mi vida. El primero habla de mis primeros pasos y relata de manera detallada el primer movimiento de brazos hacia él, como una zabullida. Muchas veces he empezado a leer estos documentos, pero siempre siento como si una enorme mano me estrujara el corazón. Sin duda debía ser muy pequeño porque el chupete rosado que descansaba en mi mano izquierda estaba descripto como un gran melón enorme, jugoso y chorreado. Entonces miro a los ojos de mi padre y me zambullo como a una pileta vacía. Después relata las risas.
"Los textos de extienden en el tiempo, y los últimos los escribió durante los siete u ocho últimos años de su vida. Ahora que he llegado a la edad que él tenía cuando los redactó quizás pueda reunir la fortaleza suficiente para reproducir algo de su contenido de manera que su figura se destaque entre las sombras.
John Dos Passos, Años Inolvidables

Y sigue, pero eso no nos importa".

miércoles

Anoche soñé otra vez que hacía stand up comedy. Esta vez era una convención de payasos en una mansión abandonada en la que estaba una amiga rubia, drogada, esperando a su novio, y en otra habitación la ex esposa del novio de la amiga rubia drogada, pintando paredes con acuarelas. Yo cantaba: How can you laugh when you know I'm clown. Y todos los payasos reían. Me daba gracia que los payasos se rieran de mí y yo también reía. Después, en algún momento de mi monólogo decía: "Estoy como Martin Luther King: tengo un sueño" y bostezaba y me quedaba dormido y a lo lejos escuchaba las risas de los payasos y los pasos que llegaban de algún lugar de la mansión y el ruido imperceptible de un dedo pintando una pared con una acuarela azul.

viernes, diciembre 18, 2009

viernes

Y a veces nos metemos un poco en política, en la política pequeña y al alcance de la mano, pero no por eso menos inasible y resbaladiza, y nosotros y ellos, los representantes del pueblo, estamos en la oficina desde la que se escuchan ranas y que está a pocos metros de la ruta por donde pasan autos que vienen de acá nomás y otros que vienen de más lejos y siguen de largo sin prestar atención al pueblo mientras la noche se hace de a poco desde atrás del Piltriquitrón y el sol o lo que queda de él resiste heroico desde el otro lado, en una lucha inútil y exagerada de la que nosotros, testigos ocasionales, sólo podemos ver rayos naranjas, nubes negras, voluptusidad y derrota, pero adentro, en la oficina, ese pequeño fin del mundo pasa desapercibido, porque se trata el presupuesto y ahí está el verdadero fin del mundo, ahí, en esos números inflados y ficticios que cinco empleados del mes defenderán sin argumentos pero con manos levantadas y en un costado y bronceado por el sol que afuera ya murió está él, nuestro Jean Reno, comandando la sesión aún sin comandarla, con la respiración sonora por un moco atravesado que a medida que se va poniendo más nervioso y más nervioso aturde y envuelve la sala y a los allí presentes, a ellos, los representantes del pueblo y a nosotros, el pueblo, de ese ir y venir de aire y moco y entonces alguien se acuerda que Jean Reno llegó a donde llegó con una plataforma electoral que decía que todos los caminos son buenos si no se sabe a dónde ir, y ahora, que siguen sin saber donde ir, o lo saben todavía menos, los caminos se volvieron intransitables y amenazadores y encima la noche reina sobre el pueblo y la oficina y la ruta y nadie sabe bien cómo vamos a hacer para salir, por fin, de ahí.

sábado, diciembre 12, 2009

sábado

Una tarde de octubre, acostados en el pasto del Hotel Llao-Llao mientras una señora negra y ciega cantaba una canción triste sobre otros negros y ciegos, Andrea sacó del bolso donde guardaba sus cámaras un libro de Pessoa. Lo abrimos al azar y leímos un poema de una de las múltiples personalidades que tenía el portugués que hablaba de la muerte: del entierro y la angustia y la sorpresa del principio y, después y de a poco, del acostumbramiento y ese verso que quedó guardado hasta hoy, que decía:
Sólo serás recordado en dos fechas, por tus aniversarios:
Cuando cumpla los años tu nacer, cuando cumpla los años tu morir.
Nada más, nada más, absolutamente nada más.
Pensarán en ti dos veces cada año.
Cada año suspirarán por ti dos veces aquellos que te amaron.
Y alguna que otra vez suspirarán si por casualidad se habla de ti.
Quedamos todos en silencio, incómodos con una incomodidad que no se correspondía con el piano y la voz suave y ciega soplando a la distancia y el sol de la tarde y el pasto perfecto y el viento cálido que apenas alcanzaba para despeinar. No me acuerdo cómo salimos de ahí, de ese embotellamiento de pensamientos cargados de muerte, de lo inevitable y de dolor. Pero salimos. Como tantas otras veces.
***
Las referencias a la muerte nos ponían incómodos a todos pero las enfrentábamos con dignidad. Cuando William Shatner decía: "Vive la vida como si fueras a morir, porque vas a morir. Te va a suceder porque le pasó a un montón de gente que conozco: mi madre, mi padre, mis amores, el presidente, el rey y el papa", reíamos con una risa que con el paso de los segundos se transformaba en una mueca que se transformaba en seriedad que se transformaba en tristeza que se transformaba. Cuando Patricio Rey decía que hay caballos que se mueren pronto, sin galopar; bueno, la metáfora no dejaba mucho margen de acción.
***
Ahora, hoy, son cuatro años. Y cuatro años es mucho tiempo. Y cuatro años no es nada.
***
Con Juan y Lu y Padre y Madre vamos a subir el camino de ripio hasta el cementerio y vamos a sentarnos en el banco y mirar el paisaje que cambia cada vez que subimos. Vamos a caminar entre las tumbas de los viejos pobladores y vamos a mirar sus nombres y sus fechas de nacimiento y vamos a calcular cuánto vivieron y vamos a imaginar cómo vivieron y cómo murieron. Vamos a sacar malezas y acomodar los rosales y el arándano. Vamos a romper silencios con afirmaciones y preguntas. Vamos a reir con Juan y vamos a mirar ese pedazo de tierra negra y absurda. Vamos a mirar el cielo, hoy blanco de nubes, y vamos a mirar el Pirque cada vez más verde. Sin quererlo, vamos a pensar en cuatro años atrás. Sin quererlo, vamos a pensar en cuatro años adelante.

jueves, diciembre 10, 2009

jueves

Jazz duet



PD: Los jueves sale el sol y nunca hay nubes y comemos sanguchitos de lomo a la parrilla y caminamos por el jardín, como escapando de los rayos ultravioletas.

miércoles, diciembre 02, 2009

miércoles

viento lluvia y resolana
nuestros tres jinetes
del apocalipsis meteorológico
están ahí a la espera
todos los días, todas las horas
desde finales de agosto
los ojos cerrados
el ceño fruncido
viento lluvia y resolana
la concha de tu hermana