domingo, mayo 22, 2011

domingo

Como había sol salimos. Antes preparamos unas empanadas de jamón y queso y una botella con agua y servilletas. En la montaña había nieve y jugamos. Juan la había visto pero nunca habíamos estado un rato largo, así, como hoy. Le propusimos hacer un muñeco y nos pidió un Buzz Lightyear, con alas y botones. Hicimos una especie de ángel de la muerte con las alas derrotadas. Le gustó lo mismo. Lo miramos un rato y después propuso que lo rompiéramos: al principio fueron patadas tímidas y después fueron empujones y después fue una masa amorfa de nieve con barro, pasto y hojas de coihue. Las manos frías y rojas. Los zapatos húmedos. Entramos al refugio y lo recorrimos vacío, siempre con el mismo olor, siempre con humo de la chimenea. Ahora sin la mesa de pool, sin olor a tortafritas. Salimos y bajamos las escaleras y volvimos al auto. Pusimos música y planeamos el futuro. Juan se durmió a los dos kilómetros. Los vidrios se empañaron.