Hace cinco años no pensábamos en nada porque nuestro hermano  estaba muerto y todo era calor, dolor y abrazos, ese tipo de cosas. Viento, nubes espesas y desconcierto. El rosal del camino en flor y la  chacra en verano, verde, fresca, linda: tan desubicada como los perros,  enredados en cientos de piernas tristes. Sol y una pena infinita: la  sensación de que nada más nunca va a ser lo mismo. El dolor que cede y  que al rato vuelve, con la fuerza de las olas, de la marea, de todo lo que vuelve. Alguien prende un fuego abajo del nogal y todos lo mantenemos prendido un día, dos días, los que hagan falta. Alguien saca  un parlante y suena música y pasan todos los amigos a despedirse: Gomez, Cave y Bowie, que canta Five Years una y otra vez, como un mantra:  cinco años, dice, y cada uno hace lo que puede con esos cinco años. Pero ayudan a purgar el vértigo: hace cinco años todo era distinto, dentro  de cinco años todo va a ser distinto. 
Y lo es.
2 comentarios:
Lindo. Cinco años cambian todo o no cambian nada, también.
Chino querido.
Vi las noticias terribles del incendio en El Hoyo. Espero que estén bien.
Un abrazo fuerte y ánimos.
Obelix
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