miércoles, febrero 10, 2010

miércoles

*Salió el sol después de muchos días de lluvia y nubes y viento, a veces todo junto, a veces separado, pero siempre lluvia o nubes o viento. Salió el sol, decía, y no sabemos bien qué hacer con él. Lo tratamos como a un familiar o un amigo al que hace mucho tiempo que no vemos y que suponemos o creemos recordar que algo malo pasó entre nosotros, que por algo dejamos de vernos, y ahora, reencontrados al fin, nos tanteamos con cuidado, nos tratamos con respeto pero con una distancia prudente.

*El pasto del jardín crece sin parar. Por momentos, si uno se queda quieto un rato, pareciera oirse el ruido de los tallos verdes subiendo hacia el cielo, creciendo, engordando, como un rumor lejano, como el mar.

*La máquina de cortar pasto se rompió hace unos días y ahora el jardín es la selva valdiviana, la sabana subtropical, llena de las flores blancas del trébol, las amarillas de la achicoria y las lilas de la malva. Hay algunas frambuesas maduras y listas para comer, y el otro día Juan comió el primer arándano de nuestro jardín. Acá tuvimos mejor suerte con los pájaros.

*¿No era que los miércoles llovía?

1 comentario:

Julia dijo...

Cada tanto, los miércoles hay sol. Acá hay un sol asesino.