sábado, junio 06, 2009

sábado

Entra sol por la ventana que está a mi izquierda: una telaraña perfecta se ilumina como si estuviese hecha de tubos de neón gris, la mitad de mi cara aparece reflejada en la ventana que está atrás de la computadora y puedo ver clarito el grano que me salió ahí donde debe estar ubicado el tercer ojo: habitar una casa tan hindú puede tener algo que ver. Lu y Juan salieron, estoy solo en la casa. Escucho música de fondo, Stephen Malkmus, tanto que hablamos de él con Migui el otro día. Tengo los pies fríos y sudados, tengo la mente despejada, tengo la barba crecida y a tono con el invierno y el Bolsón.

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Empecé a escribir un diario cuando llegamos. Nunca antes había escrito uno. (Miento, escribí uno a los doce años, cuando mis abuelos me invitaron a ir a Punta del Este, que duró tres carillas y se perdió por ahí entre tanta agua y tanta arena). Empecé a escribir un diario, decía, y todos los días trato de poner algo de lo que hice. Nada más tedioso que escribir un diario. Y además las oraciones pronto empiezan a volverse todas iguales, siempre se escribe: hoy, después, más tarde y todavía no. El otro día leí las pocas carillas que había escrito y abundaban las descripciones de las comidas: las milanesas, los guisos, las empanadas, los vinos -sobre todo los vinos-.
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Es un sábado de aquellos y aprovechamos para guardar todo el sol que podemos en la piel, en los poros, en el pelo, en las uñas, en los párpados: cerramos los ojos y miramos el sol y vemos ese color rosa o salmón, ese color claro, ese color pastel que es el color de la felicidad.
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Hoy a la noche tenemos campeonato de truco en beneficio del Club Atletico Pedregoso. Es en la escuela 81, esa a la que fui por seis meses, ahí sobre la ruta, pintada verde. Vamos a ir con padre, Migui, Patón, Mati, Lucas. Vamos a tomar vino Tocornal, vamos a perder con honor, sin hacer señas. Este, por ejemplo, es un típico párrafo de mi diario: dice hoy, dice vino.
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Sí, pusieron internet, pero parece que la inspiración no llega por adsl.

3 comentarios:

nylon dijo...

uh, me acabo de dar cuenta que no está bueno que escribas cosas estando allá.

muchas putas ganas de ir,

va a ser difícil.

Cuando escribías estando acá acordandote de estar allá por lo menos, qué sé yo, estabas acá.


Beso grande y no me hagas caso porque leerte es copado,

Anónimo dijo...

no te preocupes nylon, ya te vas a venir aca y vamos a beber toro viejo y perder con dignidad

Biblioteca Arturo Marasso dijo...

no está mal escribir de lo cotidiano, del vino, de los todavia no...uno escribe de lo que le causa sensibilidad y a la mierda, no todo tiene que ser ese amor cursi tan siglo XVIII. de hecho, lo demostrás cuando hablás del sol, guardarlo en los poros y el color de la felicidad.