*Leo en libro que me regaló lu: "Cada vez que Arthur volvía a casa, se figuraba, crédulo, que la historia familiar, suspendida desde su última visita, se reanudaba donde él la había dejado. Pero cada vez se daba cuenta de que esa historia -su predilecta- había continuado sin él. Cayó en la cuenta de que captaba palabras, miradas y alusiones inesperadas, anécdotas en las que él ya no estaba incluído. La vida seguía allí sin su presencia". Y esa es la sensación que sentía cada vez que llegaba a mi casa del sur después de un cuatrimestre o un poco más, acá, en la ciudad.
Una chica una vez me dijo: "aprendé a perderte las cosas", tal vez en relación a esto, tal vez nada que ver.
*El sábado rendí un parcial de la carrera interminable, de la carrera con obstáculos. No sé cómo me fue -y si supiera igual diría: mal, me fue mal; contesté todas, sí, pero bueno, no alcanza con eso-. Sólo sé que estuvo lindo volver en bici, pasado de vueltas, con el sol arriba, encandilando, con el cielo celeste y las manos frías y una canción pegada como con chicle en mi cerebro.
*Hace una semana, más o menos, fuimos a comer a lo de mis abuelos de acá. Se festejaba mi cumpleaños atrasado, y el de zimmy, mi primo, en hora. En cierto momento, entre la sopa crema de zapallo y el plato principal, se da el siguiente diálogo:
abuela: "es muy fácil preparar esta sopa, sólo hay que usar la minipimer"
yo: "no tenemos minipimer"
abuela: "si quieren minipimer, cásense"
yo: "..."
*Ahora, planificamos la fiesta.
3 comentarios:
Sutil lo tuyo.
Felicitaciones por haber tomado la decisión de casarse.
Toda una eh...
se me pianta un lagrimón. me encanta que se casen, que lo hayan decidido por una minipymer, que sea en el sur y saber que voy a estar ahi.
los quiero
Claro, me faltó eso a mí.
De la minipimer al altar hay un paso.
niñoespina
Publicar un comentario