lunes, enero 08, 2007

el rock y las frutas finas

Padre me pidió que le escribiera, para la revista de la cooperativa agricola de allá, una notita sobre la relación entre el rock y las frutas finas. Es decir, nombrar canciones, artistas, cuestiones que de alguna manera tuviesen algún punto de apoyo con los berries. Tarea difícil, sí. Pero no imposible.
Por una cuestión de tiempos, le pedí a mi amigo soberbio si la podía hacer, y esto fue lo que hizo.

Rock and berries

No se puede decir que las frutas ocupen un lugar muy importante en lo que "inspirar canciones de rock" se refiere. Pero que las hay, las hay. Si bien las frutas están presentes en textos desde que Eva mordisqueó una manzana –que no haya sido una frambuesa fue cuestión de temporada–, en el rock, imperio de las drogas, el sexo, pero también del amor y de la autorreferencia –el rock mismo–, hay que hacer un trabajo cuasi arqueológico para poder encontrar alguna referencia al mundo de las frutas. El trabajo se magnifica cuando del género frutas pasamos al sub-género berries, pero ya es demasiado tarde para echarnos para atrás. A continuación, un breve e incompleto recorrido llamémoslo un "trabajo en progreso"– , que a vuelo de pájaro se sumerge en esta apasionante relación.
Podríamos empezar hablando de la hermosa y flaca cantante Fiona Apple, pero, como ya dijimos, si vamos a centrarnos particularmente en los berries, bueno, entonces tenemos a Chuck Berry, el músico nacido en 1926 que si bien no revolucionó el rock, ayudó a que el blues se volviera eléctrico. The Kinks, la banda de los hermanos Davies, en la canción "The Village Green Preservation Society", imploran: "Dios salve al dulce de frutilla y a los de todas las otras variedades". Los Beatles –que sí revolucionaron todo– te invitan a pasar una temporada al "campo de frutillas, para siempre". Johnny Cash se acuerda de las frutillas que lo salvaron de morir de hambre en Nueva York en "Strawberry Pie". Nancy Sinatra, la hija de Frank, susurra: "Frutillas, cerezas y un beso de un ángel en primavera". El dúo inglés de electropop Goldfrapp le canta a la cereza negra; los chicos no tan chicos de Sonic Youth tienen una canción que directamente se llama "Simpatía por la frutilla"; la banda de reggae inglesa, UB40, desde 1983 canta "Cherry Oh Baby". Un infaltable, por el talento, por su presencia casi magnética a lo largo de la última mitad del siglo XX –y porque canta bien, sus letras son las mejores, y porque nos gusta– es Bob Dylan. En la canción "Country Pie", una oda a los pasteles del campo, grita con su voz nasal: "Frambuesas, frutillas, limón y lima / qué me importa / arándano, manzana, cereza, zapallo y ciruelas / llamame para la cena, cariño, que ahí estaré". Nick Drake, el dulce Nick Drake, compara la fama con un árbol frutal; los franceses de Air se tiran un lance con la chica capullo de flor de cerezo.
Más acá en el tiempo, pero también en el espacio, encontramos que Kevin Johansen canta en la canción "Guacamole": "Queso con frambuesa, pongan bien la mesa". Juana Molina, desde su disco Tres Cosas advierte: "Las frutillas, los tomates, ahora no son tan ricos / porque les pusieron qué sé yo qué gen maldito". Un poco antes, Charly García y su Máquina de hacer pájaros proponían: "Vamos al mar en un buen Cadillac, frutillas rojas de Chapadmalal".
Así, la cultura popular, esta vez de la mano del rock, se acerca a la agricultura popular. Una mezcla impensada, aunque pensándolo bien, si las frutas finas quedan bien en todo, por qué no quedarían bien en una canción.

Soberbio Cárdenas.


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Cuestión que ahora necesito que manden más, a ver si se puede hacer más grande.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, las frutillas son berries, pero tambien hortalizas, una no quita la otra.