jueves, julio 01, 2010

jueves

Anoche soñé que estaba en la casa de Cerati con mi padre y algunos amigos. Habíamos llegado de casualidad, yo tenía la ropa sucia y los ojos nublados. La novia de Cerati, una rubia dulce y linda nos traía ropa para que nos cambiáramos: total, decía, Gus no la va a usar más. La ropa tenía toda la onda, pantalones brillantes, camperas modernas. Ninguna me quedaba bien pero la novia me decía que me la llevara igual, que en algún momento la iba a necesitar y me daba una bolsa de la anónima hecha un bollo para que guardara todo y no se mojara.
Le preguntaba si podía revisar mails, que estaba esperando algo, que siempre espero algo, y me decía que sí, que pase a la habitación del fondo. Había tres computadoras nuevas, de pantallas grandes y blancas. Mientras trataba de entrar al mail veía o vi, sentado en una silla, a Cerati, con una bufanda roja y azul y la mirada perdida. Al principio me asusté, o al menos me sobresalté. Al rato entro la novia y me dijo que no me preocupara, que estaba ahí pero que no estaba, que sólo reaccionaba al ruido del chat de msn. ¿Usás msn? No, le dije o le decía o le digo: los tiempos se confunden. Hace muchos años que no uso el chat. Está bien, me decía, yo ahora chateo porque tengo mucho tiempo libre. Me imagino, asentía, o asentí, mientras esperaba que el mail se cargara.
Mi viejo y un amigo entraron a ese cuarto a buscarme: ya nos vamos, se hace de noche.
Con la bolsa de la anónima llena de ropa brillante y moderna, sin haber visto los mails, la novia me acompañó hasta la puerta. Mientras todos salían, la novia, apoyada en la puerta de madera pesada se me acercó y me dio un beso largo, dulce, rubio y nos fuimos.


PD: qué aburrido leer sueños de otro

No hay comentarios.: