*Vuelvo a mi antiguo trabajo después de un mes entero de estar afuera de cualquier oficina, de cualquier espacio cerrado. El jet-lag se hace sentir, por más que el viaje haya sido en auto: mis noches son extrañas y desprolijas, y no sueño; camino por las calles mareado, o atontado, que viene a ser lo mismo; bajo las escaleras del subte línea d y me equivoco de estación, o me pierdo en los pasillos; frente a la computadora no atino a hacer nada, casi que no chateo, casi que no navego a la deriva, casi que no hago nada. Claro que estoy exagerando y algunas cosas se mantienen.
*Mi amigo terry me comenta que fue a una fiesta de cumpleaños de una amiga donde todos eran actores de teatro o practicantes de contact o simplemente gente desinhibida, y que todos bailaban en éxtasis tocándose semidesnudos, como si fueran serpientes drogadas en un serpentario boite. Mi amigo terry me dice que la situación era bastante incómoda, pero que lo superó todo con un par de whiskys y que se dedicó a observar, borracho. Aunque nunca tan borracho como para ponerse a bailar o a refregarse con un otro.
Le pregunto a padre, que justo se conecta.
hijo
...
...
la próxima vida seremos prolijos
ésta tuvimos hijos
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