jueves, abril 12, 2007

jueves

*Vuelvo a mi antiguo trabajo después de un mes entero de estar afuera de cualquier oficina, de cualquier espacio cerrado. El jet-lag se hace sentir, por más que el viaje haya sido en auto: mis noches son extrañas y desprolijas, y no sueño; camino por las calles mareado, o atontado, que viene a ser lo mismo; bajo las escaleras del subte línea d y me equivoco de estación, o me pierdo en los pasillos; frente a la computadora no atino a hacer nada, casi que no chateo, casi que no navego a la deriva, casi que no hago nada. Claro que estoy exagerando y algunas cosas se mantienen.

*Mi amigo terry me comenta que fue a una fiesta de cumpleaños de una amiga donde todos eran actores de teatro o practicantes de contact o simplemente gente desinhibida, y que todos bailaban en éxtasis tocándose semidesnudos, como si fueran serpientes drogadas en un serpentario boite. Mi amigo terry me dice que la situación era bastante incómoda, pero que lo superó todo con un par de whiskys y que se dedicó a observar, borracho. Aunque nunca tan borracho como para ponerse a bailar o a refregarse con un otro.

*Hace una hora que en la oficina averiguamos qué corno es el sistema de reparto, si tenemos afjp, si conviene pasarse al estado. Más que nada porque nos entretiene, por supuesto.

Le pregunto a padre, que justo se conecta.
¿se van a pasar al sistema de reparto?
responde:

hijo
...
tu mamá y yo
...
hologramas impositivos
...
la próxima vida seremos prolijos
...
ésta tuvimos hijos



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