* El día empezó con un reto de la jefa. Que cómo que nos vamos a cualquier hora, que yo los necesitaba y no estaban, que en este trabajo no hay horarios fijos, que tenemos que demostrar actitud, que me calienta tener que decirles esto otra vez. Mi cabeza se paseaba entre los dobladillos de mi pantalón (ser un tanto petiso hace que tenga que girar un par de veces la ¿botamanga?, y eso queda particularmente ridículo en estos pantalones nuevos), y mis uñas, que las corté esta mañana y están ásperas al contacto y muy irregulares.
Y sí, queda, hoy, un mes de trabajo, un mes de 28 días, y la verdad es que me chupa bien un huevo lo que me diga.
* Como todos los viernes el clima es cashual y aburrido. En lugar de gran hermano, hoy fue tenis sin volumen. Un solo termo de mate y bastante laburo. El vecino de computadora escucha música más o menos zafable, el aire está apagado y la persiana cerrada. No sé si afuera hace frío o calor, si es de día o de noche.
* En estos días todo se resume en la tarea de llamar taxis y motos de mensajería y esperar que lleguen y darles sobres y esperar que los lleven a donde sea que los tengan que llevar. Y esperar que vuelvan y firmar papeles y remitos. Bajar las escaleras, volver a subir, sentarme en la computadora, corregir unas cosas, mandar, esperar, recibir, esperar. Recibir cosas por mail, corregirlas, reenviarlas, así.
* Creo que estoy controlando mi compulsión a leer diarios y blogs y revistas en la web. Un poco, tampoco exageremos.
* Son las siete y diez y nada parece indicar que mi huida está pronta. Más bien, todo lo contrario. Hoy, en el reto, la jefa dijo algo de venir a trabajar el sábado, no sé si fue una amenaza o lo dijo en serio. Por las dudas no le voy a preguntar.
1 comentario:
no entendiste bien lo de ser PROACTIVO, se ve
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