*Hace algunos minutos se fue el patón; me vino a visitar después de varias idas y venidas, desencuentros y demás. El patón, o el pata, a secas, es uno de mis amigos de la primera hora. Ahí, en ese selecto círculo, entran otros pocos, como migui, que también es mi primo, el terry, nico, y aye. Amigos previos o contemporáneos a la escuela primaria, la famosa 270.
Decía, hace pocos minutos se fue el patón. Hablamos un rato, y después bajamos a comprar unas facturas, que pagó él. Volvimos y seguimos hablando por un buen rato.
Me contó el patón que está leyendo a krishnamurti y que busca en sus libros algún tipo de respuesta para las preguntas que le plantea la vida. No lo dijo así, pero casi. Me habló de sus preocupaciones y de sus taras y problemas, también de sus momentos de alegría y su rutina. Me contó que ahora está viviendo en el bajo flores y que no es tan terrible como se suele decir, al menos en comparación con plátanos, donde vivía antes. De todo un poco hablamos con el patón. Y la pasamos bien.
*Ayer, en un restaurante ruso de almagro, festejamos los dos años de noviazgo con lu. En un ambiente postsoviético, con cantos de una borracha rusa y retos de la moza en ruso incluidos, brindamos con cerveza sobre nuestros lomos al strogonoff y unas papas con panceta que la rompían. Intentamos hacer algún balance de todo este tiempo juntos, pero decidimos que no hace falta. Que vamos bien y estamos mejor.
*En el blog, ausente sin aviso. Nada para contar tal vez, o pocas ganas de hacerlo, no sé. El otoño le cede el lugar al invierno y caminar por las calles se vuelve algo placentero. Las hojas de los árboles se ponen amarillas y después caen. Los hijos de seymour son un recuerdo un poco más vívido desde que escribí sobre ellos –¿nosotros?–, aunque después me acordé también de matías, el cantante que apareció una vez por el galpón donde ensayábamos acompañado por su madre, que actuaba como su portavoz o manager, o lo que sea. Matías, que cantaba bien pero no nos miraba a los ojos y no hablaba y se inventaba letras en inglés en el momento y que no tenían ni el menor sentido. Hasta que nos enteramos que en un viaje, en méxico, matías se había comido todos los hongos, y que desde entonces estaba así y que así quedaría. Y todo tuvo sentido: su mamá, sus letras, su no mirarnos, su manera de agarrar el micrófono y ponerse de espaldas al mundo y ver sus propios demonios dando vueltas por ese galpón extraño.
*En el restaurante ruso me acordé de maxim, el compañero de escuela que llegó cuando nosotros estábamos en tercer o cuarto año. De rusia al hoyo, sin escalas. Maxim, o el ruso, usaba botas de cuero y jeans apretados; tenía cara de ruso, peinado de ruso y bebía como ruso. Al principio, fue amigo de todos: nos contaba cosas de su país natal, y nos explicaba cómo era que había llegado a nuestro pueblo y a nuestra escuela, y, lo principal, nos enseñaba a putear en ruso. Con el tiempo, como le pasa a casi todos los gringos que llegan allá, se convirtió en una versión trash de lo que era. Si tomaba alcohol, empezó a tomar más y más seguido –mati me cuenta de los pedos que se agarraba con ginebra, y de las siestas que dormía en el aula a las once de la mañana, borracho–; si era violento, empezó a ser más violento todavía; y así con todo. Todo llevado al extremo. El ruso, además, jugaba bien al rugby, era galante con las mujeres y su olor a chivo era legendario. Y por más que haga memoria, no me acuerdo mucho más de él.
4 comentarios:
Yo me acuerdo de Maxim fumando antes de entrar a la cancha y después, con la ropa que al día siguiente iba a verle puesta en la escuela llena sangre y barro, cuando salía. O fumando en la banquina de la ruta a las ocho o siete de la mañana, rojo de frío, pero con la campera de cuero negro gastada colgando de su hombro y las mangas de la camisa arremangadas. Y como, con todo ese tabaco encima, era el ala más rápido e imparable. Y como, de un día para el otro, desapareció. Y como, en secreto, trataba de imitarlo.
feliz aniversario y me alegro por la vuelta aunque con fiaca otoñal a las pequeñas reseñas diarias que alegran a esta pequeña esclava de la rutina.
говно рада с тобой познакомиться.
гомосексуальные, я не понимаю,выходить на улицу.
кокаин, молоденькие, грязная женщина, тест на содержание алкоголя в крови.
Я такая,
я скучаю по тебе, migui, patón, El hoyo.
пока друзья. (maxim)
Congratulations por los dos años.
Que loco lo del ruso, yo no me acordaba de todo eso. Pero lo vi este verano, lo vi en patriada, un señorito él, despues de una carrera universitaria en Rusia claro.
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